De cala en cala
Las calas de Europa tienen un ritmo propio. En Italia y España, el Mediterráneo no es solo un paisaje, es una forma de vida. Sus aguas turquesas, tranquilas y cristalinas, han sido testigos de historias que van desde antiguos navegantes hasta tardes de verano que se alargan sin prisa.
En Menorca y Mallorca, las calas esconden rincones donde el tiempo parece detenerse. Barcos que flotan sobre aguas transparentes, caminos que serpentean entre pinares hasta llegar a playas escondidas, y el eco de risas entre amigos compartiendo una comida junto al mar. En Italia, la tradición se mezcla con la brisa salada—sombrillas de colores, mesas llenas de pasta y vino, y esa forma tan suya de disfrutar la vida sin apuros.
Cada foto de esta serie es un reflejo de ese espíritu mediterráneo: la conexión con el mar, la calidez de su gente y el arte de disfrutar lo simple. Un recordatorio de que a veces, todo lo que necesitamos es el sonido de las olas y el sol sobre la piel.
The Dolomites had been on my list for a long time, and yet, when I finally arrived, they surpassed everything I had imagined. As a nature lover, this place took my breath away at every turn: towering mountains, unreal blue lagoons, and trails that seemed to be from another world.
Traveling through them in a motorhome was an adventure in itself. Without a rigid plan, each day unfolded spontaneously, with impromptu stops that allowed me to explore and play with the light, the landscapes, and the vastness of the area. The treks were tough, but every climb was worth it for views that felt surreal.
Fortunately, I didn’t make this trip alone. My dog, my tireless adventure companion, joined me on every journey, enjoying the outdoors and the freedom to roam at her own pace as much as I did.
The photos in this series reflect all of that: the thrill of discovery, the vastness of nature, and the connection to a place that feels wild, pure, and unforgettable.
